I love Cottage
Tengo que reconocer que desde que era pequeña siempre he querido vivir en una cabaña en mitad de la campiña inglesa o como se dice en Inglés en un Cottage. No se de donde viene este amor por la casas de campo, igual ha sido una afición que ha ido creciendo después de ver tantas películadas ambientadas en la Inglaterra Victoriana (Orgullo y Prejuicio, Emma, Cumbres Borrascosas, Jane Eyre) o también ha podido influir, las incontables veces que he visto la película «Un hombre tranquilo», donde Jonh Wayne vivía en un cottage que aunque pecaba de austero (hasta la llegada de Maureen O´hara claro está) tenía su encanto.
Por lo general las dimensiones suelen ser reducidas, no tienen mas de dos plantas , la chimenea junto con la cocina son el epicentro de la casa y se encuentran en un entorno rural, algo de vital importancia para poder desconectar de este «mundo real» que cada vez más ficticio.
Si existe el cielo, creo que esto es lo que más se le puede parecer, fachadas de piedra colmadas de flores coloridas, tejados a dos aguas, puertas y ventanas de madera (todo en version xs por supuesto) y muros de piedra de media altura rodeando jardines dignos de un cuento de hadas. Es fácil comprobar como cada elemento parece estar colocado en su lugar exacto. ¿Se puede pedir mas? Yo creo que no, a excepción, de un buen par de botas Hunters y una chaqueta Barbour para ir vestido como dios manda (y sumajestad Isabel segunda sigue a rajatabla) por semejante excenario celestial.
Aquí os dejo mi personal tributo de amor hacia los Cottages.
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