Más que un cuento de princesas
Siempre he sido una de esas personas que creen en los cuentos, todos me gustan: sobre hadas, piratas, animales parlanchines e incluso historias fantásticas protagonizadas por jóvenes aprendices de mago. Hoy os voy a contar un cuento especial, en el que hay todo tipo de ingredientes: héroes de todos los tamaños, magos, sorpresas, sueños, miedos y hasta una «Hada Madrina». Pero sobre todo, lo que hay en él es mucho AMOR.
La protagonista de esta historia se llama Maite, una súper heroína de seis años de edad, que a los cuatro, fué diagnosticada de un cáncer hematológico (Leucemia). La noticia cayó como una losa en la familia, las primeras 48 horas fueron un mal sueño del que no podían despertar, hasta que una vez hablado con el equipo médico del hospital de Cruces en Bizkaia, afortunadamente el tratamiento comenzó de un modo inmediato.
Sus padres, Sole y Gotzon junto a su hermano (pequeño) Mikel, se pusieron sus capas de súper héroes y -sin apenas capacidad de reacción- comenzaron un reguero de hospitalizaciones, tratamientos e infinidad de pruebas, sin saber a dónde les iba a llevar el camino. Durante el primer año de duro tratamiento, Maite se comportó en todo momento como la heroína que es, afrontando las consecuencias de la quimioterapia con sus «súper poderes»: toneladas de fortaleza, magia y una alegría desbordante en todo momento.
Un buen día, durante unos de los ciclos de quimioterapia, recibió la visita de la fundación Pequeño Deseo, aquí entran en juego «Los Magos” de este cuento. Durante un buen rato, hablaron sobre sus gustos, motivaciones y sueños por cumplir. Ella con una seguridad aplastante y sin dudarlo un sólo segundo, les contestó que le gustaba maquillarse para verse guapa, tener una larga melena rubia y que de mayor quería ser princesa, en concreto como Elsa de la película Frozen.
A medida que los meses pasaban y tras ciclos interminables de quimioterapia, miedo, dolor e incertidumbre, la luz al final del túnel se hacía más poderosa cada día. La salud de Maite mejoraba progresivamente, hasta que un día les dieron la mejor de las noticias: «tras 817 días de lucha sin descanso, los médicos les confirmaron que Maite había derrotado a la enfermedad».
Una vez celebrada la buena noticia con familiares y amigos Maite recibió una carta muy especial con el siguiente mensaje en su interior: «Querida Maite, Su alteza real la princesa Elsa tiene el placer de invitarte a ti y a tu familia a pasar la tarde en su Castillo del Norte». Los magos de la fundación «Pequeño Deseo» habían movido sus hilos «monárquicos del reino de Arendelle» (reino de frozen) para hacer realidad su deseo.
Tras ser vestida, maquillada y peinada por la mismísima Elsa (la Hada Madrina de esta historia), un carruaje real le trasladó hasta el Castillo del Norte, donde iba a pasar una tarde llena de magia y mucha emoción.
Juntas, merendaron, bailaron, se contaron secretos de princesas y como no, interpretaron a pleno pulmón una de sus canciones más famosas «Suéltalo». Todo un himno infantil, quien tenga hijos sabe de lo que hablo;-)
Y como los mejores cuentos: «colorín colado, este cuento aún no ha acabado». Porque a pesar de estar completamente curada y de tener que estar los próximos cinco años en revisiones periódicas de carácter preventivo, esta familia de súper héroes con su actitud y fortaleza, nos sigue dando cada día una de las mayores lecciones de vida que puedan existir, aquí va la moraleja principal de este cuento: “El AMOR por un hij@ es capaz de juntar mares, mover montañas, congelar desiertos y traspasar la barrera del sonido”. ¡Enhorabuena Maitetxu!
+El uso de la imágenes y del vídeo, ha sido autorizado por ambos padres de la menor.
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